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JUSTICIA Y RESPETO

Si tienes hijos o hijas con autismo, o cuidas a adultos mayores con la misma condición, es fundamental denunciar cualquier caso de violencia o agresión que sufras, observes o conozcas. Estos actos, sin importar la edad, género o nacionalidad del agresor, no deben quedar impunes bajo ninguna circunstancia.

Proteger a las personas más vulnerables es una responsabilidad compartida por toda la sociedad. Asimismo, invitamos a proteger a los adultos mayores, aun cuando no tengan la condición, pues todas las personas merecen vivir libres de violencia y con pleno respeto a sus derechos.

Denunciar la violencia es fundamental para visibilizar y romper el silencio en torno a situaciones de abuso que, de otro modo, podrían continuar ocurriendo. Cada denuncia ayuda a prevenir que otras personas con autismo sufran maltrato, protegiendo especialmente a niñas, niños, adolescentes y adultos mayores, con o sin la condición, quienes a menudo se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.

Además, denunciar promueve la justicia, permite que los responsables enfrenten consecuencias legales y sociales, y contribuye a la construcción de una sociedad más segura, inclusiva y justa.

Para enfrentar un incidente de violencia o agresión, es fundamental actuar con rapidez y organización. Primero, identifica y documenta lo ocurrido con la mayor precisión posible, registrando fecha, hora, lugar, nombres de los involucrados y una descripción detallada de los hechos; si es posible, recopila pruebas como fotos, videos o testimonios.

Luego, busca apoyo inmediato, informando lo sucedido a personas de confianza u organizaciones que puedan orientarte durante el proceso. Posteriormente, presenta la denuncia en la comisaría, defensoría o entidad policial más cercana; si no aceptan tu denuncia, solicita hablar con un superior o busca asistencia legal, llevando toda la documentación que respalde el caso y, de ser necesario, el certificado de la condición de la víctima.

En caso de dificultades, pide orientación jurídica a abogados, defensorías del pueblo o instituciones especializadas en los derechos de las personas con discapacidad o adultos mayores. Finalmente, persiste en el proceso, ya que, aunque el sistema pueda ser lento o complejo, la perseverancia es clave para evitar que el caso quede archivado o sin resolver.

Tu voz importa: No estás solo(a). Existen redes de apoyo comunitarias y organizaciones comprometidas con la protección de los derechos de las personas con autismo y de los adultos mayores, con o sin condición. Es tu derecho alzar la voz, y nadie puede ignorar una denuncia de violencia. Insiste en tu derecho a la protección y la justicia.

Evita la impunidad: La violencia no puede ser normalizada ni minimizada. Cada acto de agresión que queda sin consecuencias permite que otros sufran en silencio. Denunciar es un acto de valentía y un paso fundamental para construir una sociedad más justa y respetuosa.

Alza tu voz: No permitas que estos actos queden sin sanción. Protege a quienes no siempre pueden defenderse y contribuye a crear un mundo más seguro para todos. Tu acción puede marcar la diferencia.

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